De esa manera reaccionó el alcalde de Castro Juan Eduardo Vera ante la determinación del gobierno de postergar hasta 2045 la revisión de antecedentes para la construcción de una doble vía que una a Chiloé de norte a sur “es una nueva afrenta hacia nuestro territorio y con ello seguiremos siendo el patio trasero de la región de Los Lagos”, remarcó Vera.En ese sentido la autoridad de la capital provincial expresó su profunda indignación ante la decisión del gobierno de negar la construcción de una doble vía y, en consecuencia, continuar utilizando una ruta 5 que se asemeja más a un pantalón de payaso por la gran cantidad de parches que posee.“Si bien es cierto celebramos el próximo puente Chacao que será el más moderno de Latinoamérica y conectará nuestra isla con el continente, no podemos ignorar que nuestras carreteras actuales son obsoletas y lo que es aún peor peligrosas. Nuestros habitantes y visitantes merecen una ruta segura y de calidad para realizar sus desplazamientos”, subrayó el edil castreño.Además indicó que la negativa del gobierno de priorizar la construcción de una doble vía para Chiloé es un golpe al progreso de este territorio y calificó de incomprensible que se inviertan recursos en un puente de gran envergadura, pero se descuide la infraestructura vial que conecta a miles de personas a diario. La ruta 5 que debería ser una arteria principal para el desarrollo económico turístico y social de Chiloé se ha convertido en un sinónimo de muerte. Los baches hundimientos y deterioro generalizado han causado innumerables accidentes automovilísticos con lamentables secuelas de muertes y sigue poniendo en peligro la vida de todas las personas que se desplazan por esta vía. “No podemos permitir que nuestro progreso se vea frenado y nuestra seguridad comprometida por una administración inconsciente”, aseveró.Finalmente Juan Eduardo Vera hizo un llamado al gobierno a reconsiderar su postura y a dar pie atrás a la medida adoptada y se priorice la construcción de la doble vía mediante el mecanismo de concesión, “No queremos ser vistos como ciudadanos de segunda clase relegados a una carretera que perpetúa la inseguridad, el estancamiento y las muertes”.